Ayer por la noche, se repitió la historia que muchos tapatíos viven, al subir a una de las unidades de la ruta 646, ni bien había terminado de subir y poner el pie en el segundo escalón; cuando el chofer de la unidad cierra las puertas y dando un arrancón que poco más deja la mochila atorada entre las puertas y un golpe leve en mi brazo izquierdo.
Al momento de pagarle, le hice la observación de lo que había sucedido y que por favor tuviera más cuidado. El (¿"homo sapiens"?) tuvo a bien contestarme (sin ser agresivo :-O) que le constaba que yo ya estaba en el segundo escalón y que por eso había cerrado las puertas.
Mi reclamo fue con educación, casi lo mismo la respuesta y posterior a dos interacciones más, decidí guardar silencio porque "gallina que come huevo, aunque le quemen el pico".
Conclusión: El servicio sigue siendo pésimo, a pesar del incremento, las unidades/choferes no mejoran (ni espero que suceda); porque como sociedad seguimos permitiendo esos abusos.
Al momento de pagarle, le hice la observación de lo que había sucedido y que por favor tuviera más cuidado. El (¿"homo sapiens"?) tuvo a bien contestarme (sin ser agresivo :-O) que le constaba que yo ya estaba en el segundo escalón y que por eso había cerrado las puertas.
Mi reclamo fue con educación, casi lo mismo la respuesta y posterior a dos interacciones más, decidí guardar silencio porque "gallina que come huevo, aunque le quemen el pico".
Conclusión: El servicio sigue siendo pésimo, a pesar del incremento, las unidades/choferes no mejoran (ni espero que suceda); porque como sociedad seguimos permitiendo esos abusos.
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