Las "posadas" de ahora no tienen ningún parecido/no se relacionan para nada con las que pude disfrutar de niño, hoy día las "posadas" son más un pretexto para consumir alcohol, platicar con los amigos, lo que se puede considerar una fiesta cualquiera.
Ayer por la noche, festejamos una "posada" que una vecina de los departamentos donde vivimos estuvo organizando. Algunos vecinos no asistieron pero hicieron su respectivo aporte económico para que sus hijos asistieran.
Supuestamente ese fue el objetivo/pretexto/razón de hacer la posada, para que los niños la disfrutaran; aunque se compraron un par de piñatas y otra vecina preparó ponche no hubo nada de lo que de niño yo veía que era una costumbre.
La manera como me tocó a mí vivir las posadas de niño en Chiapas, consistía en hacer una peregrinación, algunas personas tomaban las imágenes de José, María y Jesús; otras cantaban los versos para pedir posada y/o rezaban mientras (dependiendo del lugar) se iban por las habitaciones o por diferentes casas de los familiares/amigos/vecinos.
Se encendían luces de bengala, en algunas ocasiones se quemaban cohetes (como el que se aprecía en ésta foto).
Hoy por la noche tendremos otra "posada" con otros amigos, pero a éstas alturas ya no da tiempo de plantearles el asunto de hacer la posada como les comento, tampoco estoy muy seguro de si les gustaría hacerlo así.
Podría decir que son los efectos de vivir en un "mundo globalizado" y que otras costumbres van extendiéndose a otros países (derivados del extensivo bombardeo publicitario), pero en realidad creo que es desidia.
Aún es posible ver a personas que realizan las posadas con su respectiva peregrinación y lo que me sorprendió más el año pasado, al pasar por un parque en una colonia de Guadalajara, Jalisco; es que recitaban en latín mientras hacían la peregrinación.
Ayer por la noche, festejamos una "posada" que una vecina de los departamentos donde vivimos estuvo organizando. Algunos vecinos no asistieron pero hicieron su respectivo aporte económico para que sus hijos asistieran.
Supuestamente ese fue el objetivo/pretexto/razón de hacer la posada, para que los niños la disfrutaran; aunque se compraron un par de piñatas y otra vecina preparó ponche no hubo nada de lo que de niño yo veía que era una costumbre.
La manera como me tocó a mí vivir las posadas de niño en Chiapas, consistía en hacer una peregrinación, algunas personas tomaban las imágenes de José, María y Jesús; otras cantaban los versos para pedir posada y/o rezaban mientras (dependiendo del lugar) se iban por las habitaciones o por diferentes casas de los familiares/amigos/vecinos.
Se encendían luces de bengala, en algunas ocasiones se quemaban cohetes (como el que se aprecía en ésta foto).
Hoy por la noche tendremos otra "posada" con otros amigos, pero a éstas alturas ya no da tiempo de plantearles el asunto de hacer la posada como les comento, tampoco estoy muy seguro de si les gustaría hacerlo así.
Podría decir que son los efectos de vivir en un "mundo globalizado" y que otras costumbres van extendiéndose a otros países (derivados del extensivo bombardeo publicitario), pero en realidad creo que es desidia.
Aún es posible ver a personas que realizan las posadas con su respectiva peregrinación y lo que me sorprendió más el año pasado, al pasar por un parque en una colonia de Guadalajara, Jalisco; es que recitaban en latín mientras hacían la peregrinación.
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