El oso y el conejo.

Este chiste lo conto Ares, va:
 
En el bosque el oso perseguía siempre al conejito para comérselo. El pobre conejo andaba de continuo azorado y temeroso, permanentemente acosado por el feroz plantígrado.
 
Cierto día se les apareció un genio. "Quiero poner paz entre ustedes -dijo el genio-. Le cumpliré a cada uno tres deseos, a condición de que se comprometan a vivir en buena compañía".
 
"¡Yo pido primero! -exigió el oso-. Quiero que todos los osos de este bosque se conviertan en osas para mí". "Concedido" -dijo el genio.
 
"Yo -pidió el conejito después de pensar un poco-, quiero un casco de motociclista". El genio, algo extrañado por aquella rara petición, le entregó el casco, y el conejito de inmediato se lo puso.
 
Siguió el oso: "Como segundo deseo pido que también todos los osos del bosque vecino se conviertan en osas para mí". "Tu deseo está cumplido" -otorgó el genio. 
 
"Ahora -pidió el conejito- quiero la motocicleta más veloz que puedas conseguir". 
 
Con la misma extrañeza de antes el genio le entregó una flamante moto de poderosa máquina.
 
Rápidamente el conejito subió a ella, y echó a andar el motor. Dijo entonces el oso: "Mi tercer deseo es que todos los osos del mundo se conviertan en osas para mí". "Concedido" -dijo el genio.
 
Habló entonces el conejito, y lo hizo con vengativo tono de rencor. "Y mi tercer deseo -dijo- es que el oso se vuelva gay".
 
Y así diciendo arrancó en la motocicleta y escapó a toda velocidad.

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