Después de la torrencial lluvia (¿o tormenta?) que se presentó esta noche en TGZ, la ciudad revive los problemas de corrientes e inundaciones.
Muchas críticas apuntan a las autoridades en todos los niveles que habían prometido (prometer nunca empobrece) que se había trabajado en la infraestructura necesaria para evitar esta situación.
Nos olvidamos que la ciudad se encuentra entre dos montañas y que en los últimos años el crecimiento de la mancha urbana, en ocasiones planeada y otras por asentamientos irregulares (invasiones) a zonas donde solían haber árboles que frenaban el desplazamiento del agua, tierra y piedras; sufre ahora las consecuencias de perder esas barreras naturales.
Es muy fácil apuntar el dedo para señalar "al resto" cuando la basura tapa las alcantarillas y se evita que el agua fluya, pero no hacer conciencia cuando se es parte del problema y resulta fácil tirar la basura en cualquier parte menos en los botes de basura.
Ésto será un problema que se repetirá en los próximos años lamentablemente, en algún punto se alcanzará una solución técnica, pero no cívica. Esa dudo mucho que llegue a permear en la población, a fin de cuentas adoptamos la actitud errónea porque "porque voy a hacerlo yo, que lo haga otro".
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