Cuando llegamos pues únicamente se podía apreciar que donde alguna vez hubo (hay) agua, solo queda la marca.
Al poco rato de haber llegado al lugar donde se celebró el cumpleaños de una querida amiga, comenzo una lluvia que al poco rato se convirtió en una minitormenta.
Se podía apreciar en el suelo, el vapor que se desprendía y podíamos sentír lo agradable del fresco de la lluvia.
Una vez que nos retiramos del lugar de regreso a Guadalajara, logramos apreciar como se forman unas "mini-tormentas" de arena (supongo) parecidas a las que se llegan a formar en los desiertos.
Chequen las fotos:
A la par que veía el panorama meditaba, ¿será posible que con los cambios climáticos que se aprecian en el planeta, los lagos, lagunas, mares dejen de existir y éste sea el resultado y panorama que tendremos en nuestro planeta?
Deseo fervientemente que no llegue nunca ese día.
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