Esto es el resultado de la fusión de las costumbres prehispánicas con las impuestas costumbres de la religión católica.
Las personas crean altares con los retratos de los santos a los que adoran y les colocan ofrendas, en el caso de las personas que perdieron a seres queridos siendo niños, colocan la fotografía y pertenencias del ser querido además de colocar alimentos y bebidas o efectos personales.
Cabe hacer notar que diversas partes del país, los niños salen en la noche visitando las casas de sus vecinos, para recolectar dulces.
La costumbre que yo seguí y conozco, es que hoy por la noche los niños (angelitos) llegábamos a tocar las puertas y cantábamos algo así:
Somos los angelitos, del cielo bajamos, pidiendo calabacita, para que comamos....
Calabacita Tía!
Calabacita Tía!
Si abrían la puerta y nos daban dulces, gritábamos: ¡Que viva la tía/tío!
Si no abrían o no daban dulces, entonces gritábamos: ¡Que muera la tia/el tío!
Y no se usaba el ir disfrazado porque no era tan fuerte la influencia del "jalogüin", además era común (supongo que todavía lo es) que se prepara el dulce de calabaza, deduzco que ese es el origen de la frase "calabacita tía". En alguna ocasión pregunté el origen de la frase, pero no obtuve respuesta, así que lo acepte como que era "la costumbre".
En los últimos años, cuando los niños pasaban a la casa, todavía gritaban esa frase, pero se notaba mas la influencia del "vecino país del norte" ya que iban disfrazados, llevando sus dulces en calabazas de plástico típicas del "jalogüín".
En el D.F. me tocó ver que los niños se acercaban y pedían su "calaverita", cosa rescatable porque algunos ya de plano decían: "Me da mi jaloguín".
En Guadalajara ignoro como sea al costumbre, pero de lo que sí me enteré hoy es que los niños salen el 31 de Octubre, claro que piden su "jalogüín".
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